Uso de testosterona y anabólicos aumenta el riesgo de padecer cáncer de próstata
Miguel Escalante Pulido, titular de Endocrinología del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Jalisco, alertó acerca de que el uso de testosterona y anabólicos puede tener severas consecuencias en la salud.
Apuntó que el deseo de ganar masa muscular con menor esfuerzo y en poco tiempo lleva a hombres y mujeres a buscar alternativas como el uso de la hormona testosterona y anabólicos (derivados sustitutos de la misma hormona), lo cual puede ser perjudicial para su salud.
Manifestó que hay casos de cáncer hepático, prostático y daño renal agudo, “el objetivo de ingerir esto es tener masa muscular con menor esfuerzo”.
Puntualizó que antes de suministrar la hormona testosterona se deben evaluar las condiciones hepática, renales y funcionamiento de la próstata, así como los niveles de presión arterial.
Precisó que el uso de la testosterona sólo está avalado como una terapia de remplazo hormonal, en casos en que varones de edad avanzada tienen una baja considerable de esta hormona.
«En personas jóvenes, sólo se justifica clínicamente cuando el varón tiene una baja prematura en la producción de testosterona y presenta riesgos de desarrollar enfermedad cardiovascular artioesclerosa, o de forma prematura perdida cognitiva, depresión o fibromialgia”, agregó.
Mencionó que la cantidad de testosterona que es utilizada en los centros de entrenamiento físico es excesiva y en el corto plazo puede ocasionar efectos severos al organismo.
Resaltó que una vez que suspende su consumo, la masa muscular lograda tiende a perderse.
Subrayó la importancia de mantener estilos de vida sanos, como la alimentación balanceada y el ejercicio regular, que coadyuva no sólo a mantener en buenas condiciones el organismo, sino la estructura física, “incluyendo retrasar el desarrollo de sarcopenia en edad más avanzada, que se refiere precisamente a la pérdida de masa muscular, la cual acompaña al envejecimiento”.
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