Diosito no te está castigando: tener pesadillas constantes tiene una explicación razonable
¿Por qué tengo pesadillas muy seguido? Fue una pregunta que me hice hace unos días, luego de notar que había pasado varias noches despertando abruptamente con el corazón acelerado y bañada en sudor.
Para mi sorpresa, no soy la única, muchas personas han tenido más pesadillas en, digamos, los últimos 15 meses… ¿Sospechoso no crees?
Pues sí, la pandemia tiene mucho que ver en nuestros trastornos del sueño.
Investigando en algunos portales de noticias y hurgando en varios videos de especialistas expertos en sueño y descanso, noté que había una coincidencia: todos ellos atribuían el aumento de las pesadillas a la pandemia.
¿Por qué? Bueno porque muchos de nosotros dejamos de ser disciplinados con nuestro sueño y adquirimos nuevos hábitos que sólo han perjudicado nuestra salud e higiene del sueño.
Develarnos, cenar pesado y fuera de horario son algunas de las razones, pero también el estrés, la ansiedad y la depresión influyen considerablemente.
Tener pesadillas constantes: el padecimiento que se agravó en pandemia y tiene una explicación razonable
No, Diosito no te está castigando y el Diablo no quiere tu alma, las pesadillas frecuentes son indicadores de trastornos médicos de gran importancia.
Aún no se sabe exactamente por qué tenemos pesadillas y algunos se las atribuyen a una cuestión genética, porque hay personas que jamás las tienen en toda su vida (suertudos); la aparición, frecuencia y recurrencia de las pesadillas se relacionan directamente con sucesos vitales impactantes, un ritmo de vida acelerado, jornadas laborales demandantes y el incremento del estrés.
Y ahí está la respuesta, para nadie es novedoso que la pandemia del covid-19 elevó los indices de estrés, ansiedad y depresión; y más de uno de nosotros experimentó sentimientos como el miedo y la angustia como nunca antes.
De esta forma tener pesadillas, u otros trastornos médicos relacionados con el sueño, más de una vez a la semana, en realidad es una manifestación de nuestra mente, tratando de decirnos que no hay algo bien en nuestra salud, para que pongamos atención.
Los problemas de salud detrás de las pesadillas
La mayoría de los problemas de salud detrás de las pesadillas están relacionados con algunas enfermedades psicológicas.
Y aunque aún no se tiene la certeza de qué las causa, sí se sabe que están relacionadas con estímulos excesivamente estresantes para el organismo. Acá algunas de ellas:
Trastorno de estrés postraumático (TEP). Si bien esta condición se asocia a personas que han tenido experiencias que suponen poner en peligro la supervivencia, el TEP y las pesadillas recurrentes se dan sin que el evento sea un riesgo mortal en sí mismo. Por ejemplo, la muerte de un ser querido puede desencadenar ambos trastornos.
Depresión y ansiedad. Episodios graves de depresión y ansiedad están relacionados con una alta frecuencia de pesadillas, probablemente porque para nuestro cerebro es difícil gestionar las emociones derivadas de estos desequilibrios anímicos.
Trastornos del sueño. Estos trastornos pueden tener asociados síntomas como las pesadillas, aunque no se conoce con exactitud el mecanismo que vincula a estas alteraciones. Efectivamente, el despertar repentino que se produce en la apnea puede venir acompañado de sensaciones de asfixia, pánico y jadeos, lo que es posible confundir con una pesadilla.
Asma y dolor crónico. Las personas que padecen estas enfermedades se despiertan más, lo cual puede llevarlas a tener un mayor número de sueños inquietantes.
Farmacodependencia y adicciones. De entre una numerosa lista de tipos de medicamentos, algunos pueden producir pesadillas: antidepresivos, analgésicos y opiáceos como la morfina, antihistamínicos, anti-epilépticos, anti psicóticos, retrovirales, fármacos utilizados en cardiología y Parkinson, entre otros. Además, la suspensión brusca de opiáceos para el dolor y somníferos también pueden producirlas.
¿Cómo disminuir las pesadillas para que no sean tan constantes?
Debido a que las pesadillas son un mal que está en nuestra mente, tomar terapia, hablar de las cosas que nos molestan y tener una buena higiene del sueño, son algunas de las respuestas para disminuirlas.
Sin embargo, las pesadillas también tienen que ver con la química cerebral por lo que evitar el alcohol, el exceso de café, los sedantes, el tabaco, el uso del celular y el ejercicio dos horas antes de irnos a dormir, es fundamental y necesario.
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