4 razones para no hacerte «la lipo»
Más de 323,600 pacientes se dejaron meter la manguera en el 2005, de acuerdo con la Academia Estadounidense de Cirugías Plásticas.
Las mujeres (y los hombres) se la hacen en un intento por reducir áreas específicas de sus cuerpos (generalmente muslos, panza y cuello) que se rehúsan a desaparecer sin importar cuánta dieta o ejercicio se haga. Y es verdad, la lipo sí te quita las células grasas. Pero no es la mejor solución para las lonjas. Antes de que te dejes llevar por las fantasías de un cuerpo ideal, piensa en esto:
1 No es cualquier cosa:
La liposucción es un procedimiento sorprendentemente primitivo: un doctor inserta un tubo tipo manguera debajo de la piel para chupar, literalmente, toda la grasa, removiéndola como si fuera una señora de limpieza con una aspiradora. Y ni siquiera empecemos a hablar del dolor que viene después de la cirugía, la hinchazón, y el chorreadero, además de todos los riesgos que van de la mano de cualquier operación.
2 La grasa regresa…:
Porque el hecho de que retires células de grasa no quiere decir que otras no seguirán multiplicándose si vuelves a ganar peso.
3 … en lugares nuevos:
“Puede irse a cualquier lugar”, dice la médico Laurie Casas, profesora asociada de cirugía en la Escuela Feinberg de Medicina de la Universidad Northwestern. Digamos que tenías muslos gordos, pero tus brazos estaban bien. Después de una lipo de muslos y de volver a ganar peso, podrías encontrarte con brazos gordos.
4 … y en formas extrañas:
Lo que es peor, dice Casas, es que después de la liposucción, los pacientes a veces desarrollan bultos o hendiduras en el cuerpo, porque sus células grasas están ahora distribuidas de modo dispar debajo de la piel. Quizás hacer las paces con tu pancita no sea una idea tan mala.
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